Hace unos meses visité este cementerio, fue increíble notar, además del polvo y la neblina, la gran cantidad de tumbas que habían, además me enteré que este cementerio es el segundo más grande del mundo. Era tarde y había mucho por fotografiar, a pesar de haber tomado algunas fotos, me quedé con muchas ganas de volver a este cementerio.
Sin duda, tengo otro motivo para regresar.