Lo que queda, lo que quedará.

Este año la pasé muy bien. Este año ha sido muy especial, apesar de ciertas cosas por allí(una de ellas la mencioné en mi primer post). Lo cierto es que se viene un nuevo año, que, personalmente para mi será un nuevo inicio, más allá de palabras trilladas, es cierto, para mí ¡sí será un nuevo inicio!, en muchos aspectos. Todos diariamente vamos aprendiendo nuevas cosas, así sean minúsculas, vamos ganando experiencias de los errores y aciertos.

Siendo sinceros, este año no he logrado cosas magníficas, pero he alcanzado herramientas, he aprendido de experiencias pasajeras, he alimentado mis ganas de continuar, he dejado atrás ciertos obstáculos que yo mismo me ponía (aún siguen, pero no de la misma forma, ni intensidad); todo ello serán fuerte cimiento para poder, luego, lograr cosas aún más grandes, paso a paso, claro. Por eso, estoy contento con lo que alcancé, aprendí y viví en este 2011. No tengo nada de qué arrepentirme.

Solo quedan las buenas experiencias vividas y los frutos de éstas que recordaré con mucha alegría. Mientras que, por otro lado, quedarán en el olvido las cosas negativas, no solo que viví, sino también que dejé atrás.

Agradezco a todos los que estuvieron allí conmigo en este año, y también a todos los que me apoyan con un comentario motivador y con críticas que me hacen aprender mucho más.



Este año hice esto y sí que te deja reconfortado.


"Dejemos nuestros miedos atrás, nada, ni nadie será peor obstáculo que nosotros mismos"

Aquél día.

El viento corría y yo caminaba
caminaba con frío...con calor
caminaba sintiendo el sudor del cielo
y el olor de todo un pueblo.

El cielo me habló, luego me iluminó por completo.

Ahora yo era azul y mi corazón ardía
yo era aire fresco y él se abría.

Mis ojos,
mis manos...
mi corazón latía.

Despertaron mis ojos
capturaron el deseo de mis sentidos
capturaron la belleza que me convertía
en uno más de ese pueblo, aquél día.


Foto tomada en la Plaza de Armas de la ciudad de Huancayo, capital de Junín.
Diciembre 2011.

Todo pasa por algo.

Estos últimos días anduve de viaje, regresé a Huancayo, es por eso que no he posteado en días.

Mi nueva visita a esta ciudad fue aún más genial, pude recorrer más lugares, admirar su belleza, compartir la alegría de toda una familia, respirar nuevos aires y fotografiar, claro.

Antes de fotografiar tenía muchas expectativas, quería tomar muchas fotos y que todas éstas fueran geniales. No fue así. Tomaba algunas, las veía y me desanimaba, pero seguía aún intentando con lo mismo. Luego descubrí que no podía forzarlo, no podía forzarme. Así que esperé, pero también busqué otros momentos y poco a poco iban apareciendo momentos sumamente especiales donde pude capturarlos tal y como lo deseé.

Todo pasa por algo. Íbamos por la carretera, pasando pueblo por pueblo en el carro de Lalo (Mi amigo), él no tenía licencia de conducir (aún no tiene), y estábamos algo presurosos por regresar a la ciudad central. Todo el tiempo siempre estuvimos vigilantes de que no hayan policías de carreteras haciendo sus famosas 'batidas'. Mientras íbamos en camino a Huancayo, vimos a lo lejos una camioneta policial, nos detuvimos y esperamos en un esquina, al final de un pueblo muy pequeño. No perdí tiempo y bajé a tomar fotografías. Tomé varias y regresé al auto, Lalo aún andaba preocupado, así que dijo que iríamos por otro camino, pero éste sería aún más largo. Retrocedió con sigilo y arrancó rápidamente por si se presentaba alguna persecución. Mientras estábamos de camino, levanté la cabeza y de pronto observé un inmenso arcoiris, no podía creerlo, no era de esos arcoiris tan simples que se ven después de tanto en Lima, me emocioné cual niño y anduve inquieto buena parte del camino de regreso para verlo. Entonces, le dije que bajemos un momento en la carretera (cerca a Santa Rosa de Ocopa)y solamente puedo decir esto: ¡Fue espectacular!

Todo se dio de la mejor manera, fue una experiencia que jamás olvidaré, aún recuerdo la lluvia del momento, el viento tan fresco, la luz del sol, los colores del cielo y la emoción de nuestra huida. No forcé nada, no maquiné nada, solo esperé el momento, me motivé, actué y por último...viví. Todo pasa por algo.







Al pie de su niño.

El pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.

Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,
y los caminos de la tierra dura
van enseñando al pie que no puede volar,
que no puede ser fruto redondo en una rama.
El pie del niño entonces
fue derrotado, cayó
en la batalla,
fue prisionero,
condenado a vivir en un zapato.

Poco a poco sin luz
fue conociendo el mundo a su manera,
sin conocer el otro pie, encerrado,
explorando la vida como un ciego.

Aquellas suaves uñas
de cuarzo, de racimo,
se endurecieron, se mudaron
en opaca substancia, en cuerno duro,
y los pequeños pétalos del niño
se aplastaron, se desequilibraron,
tomaron formas de reptil sin ojos,
cabezas triangulares de gusano.
Y luego encallecieron,
se cubrieron
con mínimos volcanes de la muerte,
inaceptables endurecimientos.

Pero este ciego anduvo
sin tregua, sin parar
hora tras hora,
el pie y el otro pie,
ahora de hombre
o de mujer,
arriba,
abajo,
por los campos, las minas,
los almacenes y los ministerios,
atrás,
afuera, adentro,
adelante,
este pie trabajó con su zapato,
apenas tuvo tiempo
de estar desnudo en el amor o el sueño,
caminó, caminaron
hasta que el hombre entero se detuvo.

Y entonces a la tierra
bajó y no supo nada,
porque allí todo y todo estaba oscuro,
no supo que había dejado de ser pie,
si lo enterraban para que volara
o para que pudiera
ser manzana.

Poema de: Pablo Neruda



Pucusana - Agosto 2011.

El dulce sabor de una reconciliación.

Un día fui a pasear a Barranco con unos amigos. Era en un día soleado y tenía pensado tomar muchas fotos. Pues bien, mientras ellos estaban viendo el mar, yo de pronto y sin querer escuché una discusión, no sabía quienes eran, hasta que volteé (disimuladamente, claro)y vi a una pareja...yo fui testigo de ello, como ya lo dije, sin querer. Mientras tanto, yo continué en lo mío, cogí mi cámara y comencé a fotografiar el paisaje. Luego de un rato, entretenido estuve mientras encontraba algún ángulo que me guste, o algún momento que pueda haber sido fotografiado, cuando, sin querer (¡sí, de nuevo!)me encontré muy cerca de la pareja, empecé a escuchar su conversación de nuevo, mientras configuraba algunas opciones en mi cámara. Su conversación había dado un giro inesperado, ya no estaban peleando, ella ya no lloraba, el ya no titubeaba, ellos ya no esquivaban sus miradas, por el contrario, ellos se decían uno al otro cuánto se amaban y el perdón se vio involucrado en dicho momento. Me sentí muy alegre por ello, aunque luego dije: "¡Qué rayos hago escuchando conversaciones ajenas!" Entonces me alejé y, mientras lo hacía me pregunté por qué no fotografiarlos en ese momento. Para comenzar, no iba a decirles que escuché toda su conversación , ni menos pedirles permiso para tomar una foto (podría haber perdido su naturalidad e iba a ser incómodo para ellos tal vez), así que, como todo un paparazzi, cogí mi cámara de nuevo y disimuladamente busqué acomodarme y tomar la foto sin que se dieran cuenta. Vi la foto y sentí tanta ternura, porque capté un momento especial, si bien, no el mío, pero sí el de personas que vivían su momento. Si bien, la foto es muy sencilla y hasta simple, pero para mi es especial y natural...porque vi que quedó fotografiado lo que exactamente quería fotografiar..."el dulce sabor de una reconciliación".

Mis prejuicios y yo.

Cuando era aún pequeño, solía pasear junto a mi familia por el centro de Lima, caminar y comer dulces era toda una sensación incansable y placentera. Durante mi adolescencia hasta hace varios meses atrás, mi concepto acerca del Centro de Lima había cambiado por completo. En mi cabeza solo concebía calles sucias y tétricas, peligrosas y contaminadas, avenidas inseguras y abarrotadas de gente. Mucho de ello puede ser cierto, pero si apreciamos todo eso desde otra perspectiva, podemos darnos cuenta que dentro de todo ello, podremos encontrar muchas cosas interesantes, mucha historia, muchos lugares llenos de tradición y por qué no decirlo también, algo de belleza.
Sin duda, el centro de Lima, con todas sus carencias, conserva tradición, cultura y mucho por descubrir. Desde las vendedoras de picarones hasta los viejos balcones sucios y descuidados podremos apreciar aquellas historias que guarda este lugar, ahora, para mi, más especial que nunca.

Es curioso. Antes, solo rechazaba ir al centro por simples y estúpidos prejuicios (mis amigos son testigos de ello), ahora es el lugar que más visito, no solo para fotografiar, siendo éste un lugar perfecto para ello, sino también para conocer más de mi historia, conocer más de mi realidad actual, realidad que es necesaria, por lo menos, observar por todos, comer todos los dulces que pueda resistir mi estómago, caminar y respirar el aire capitalino mientras se percibe el movimiento inacabable de los pasos de los limeños.

Definitivamente seguiré yendo a fotografiar, caminar por las mismas calles una y otra vez, pero además y sobretodo iré a pasarla bien. Mis prejuicios ¡ya fueron!











Post dedicado a los amigos que fueron testigos de estos pasados prejuicios. Y los dejo con esta canción que escuché hoy en el carro, la cual fue el motor para recordar mi experiencia y también, para escribir este post.

Los Troveros Criollos - Cristal herido

5 soles.

Cuando pisé ese suelo, hace dos meses aproximadamente, fue genial e inesperado, todo se dio de la mejor manera para que yo esté allí.
Si bien, la razón de mi viaje no fue pasear, ni fotografiar, sino...mi hermano. En fin, cuando estuve allá, era obvio que tenía que darme un espacio para poder
hacer lo que quería, no tuve mucho tiempo para ello, pero al final, en ese momento fue lo suficiente.

Cuando anduve de salida a la ciudad central, vi a esta señora con sus animales, en el instante quise tomarle una foto, pero me dio vergüenza, puesto que ella comenzó a mirarme con extrañeza. Le pedí permiso para tomarle una foto, ella a continuación me dijo: "Son 5 soles", yo solo reí diciéndole "Gracias" y dejé que siga su camino. Sin duda me quedé con un sinsabor, no pude fotografiarla. Sin embargo, como siempre digo, "...por algo pasan las cosas", volteé y vi un panorama distinto...un panorama aún mejor; no dude dos veces, tomé la cámara de nuevo, caminé unos pasos más y fotografié.

Sentí gran satisfacción al ver los resultados de esta fotografía, y también, por qué no decirlo, por no pagar los 5 soles que me pedían por ella.




Hoy compré mis pasajes de regreso, en pocos días volveré y tendré más tiempo para hacer lo que deseo, fotografiar este bello lugar. ¡Huancayo, ahí voy!

Siempre ten presente...

Este mensaje, desde que lo descubrí fue especial para mi, esto llegó un día en el que me
encontraba desesperanzado, sin ánimos...sin confianza.
Me animó y tal vez pueda recordarte a ti también, que hay, aún, mucho por hacer.

La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero, ¡Nunca te detengas!

Madre Teresa del Calcuta.


Fotografía tomada en una tarde en Pucusana.
La alegría de ver esos niños y captar "su momento" fue indescriptible.

Momentos deseados.

Un día cogí mi cámara y empecé a explorarla, (mi cámara es una "no-profesional", como suelo llamarla, y que por cierto, no es de mi propiedad, es de mi tío), empecé a encender cualquier opción solo para probarla, ya que nadie lo hacía y si lo hacían, era solo para tomar fotografías de cualquier evento o reunión familiar. Fue genial, cuando después de un cierto tiempo, supe aprender a usarla y aprender a entenderla (mi cámara es un poco especial). Y sí, descubrí que cuando hay un poco de imaginación y creatividad, las cosas salen tal y como las esperas, aún sin contar con una cámara profesional. Antes, claro, tenía la idea de que solo con una de estas avanzadas cámaras podrían salirme buenas fotos, la experiencia me mostró que estaba completamente equivocado. Así que me aventuré con esta cámara, sencilla y práctica, pero que me ha dado muchas satisfacciones.

Cada fotografía guarda un momento especial, tiene una historia distina. Cuando tomé estas fotografías, las cuales pertenecen a mi primer álbum compartido, tuve grandes expectativas, busqué el momento preciso, pero se me presentaron momentos inesperados, momentos que fueron aún más especiales. Éstas son una de mis favoritas.








¡Salud!

Escrito en uno de mis tantos "momentos optimistas".

Intranquilidad que no es querida,
vivir pendiente de lo que vendrá.
Acudirme, arrancar las plumas con mis garras.
Podría volar en un tiempo futuro corto,
y muy lejos, pienso.
Mente que nubla pensamientos...
aveces siento que es mejor.
Sonreir y vivir...seguir siendo yo,
experimentar...experimentarme.
Pienso.
Cruzar los brazos está prohibido
avanzar a paso lento es debido
llorar, permitido solo hasta hoy
y reflexionar antes de actuar...siempre.
.
Pesimismos oscurecen la vida,
opacan una sonrisa e intimidan
la acción más tierna.
.
Salud con una Coca-cola helada
por aquellas esperanzas...
que no mueran.


Y de paso también saltemos y cantemos.

Todo comenzó descubriendo...

Seré sincero. Esta vida, sin duda, está llena de decisiones. Todos los días las tomamos, desde las más sencillas hasta las más importantes. Cuando decidí estudiar Ciencia Política, creí que todo iría bien, que todo marcharía a la perfección y si bien, muchas trabas aparecerían en el camino, yo continuaría. No he parado, pero la vida me ha ido dando sorpresas, es más, yo mismo me he ido sorprendiendo.

-¿Qué hacer cuando algo no te llena por completo?
-¿Qué hacer cuando te sientes inútil y no sabes de lo que tu futuro será?
-Me pregunté.
Hasta que encontré un modo de poder expresarme, liberarme, y por qué no decirlo...sentirme realizado. Es indescriptible la sensación que aparece luego de hacer algo que crees bueno, algo que crees por fin importante y a la vez, apreciado por los demás.
Encontré en la Fotografía un mundo real, un mundo en el que podía ser creativo, desarrollar ciertas aptitudes; un mundo que me permitía mostrar a los demás lo que mis ojos veían y también lo que yo sentía.

A estas alturas de mi vida no tengo nada de qué arrepentirme, a estas alturas solo sé que veo hacia adelante...y como decía: "Esta vida, sin duda, está llena de decisiones.", pues he decidido, enfrentar a mis miedos, luchar contra mis limitaciones, prepararme y seguir estudiando, pero sobretodo hacer lo que más me gusta, lo que más me apasiona, lo que me hace sentir feliz y realizado (Sí, aunque para algunos suene extraño). He decidido, como siempre lo digo, "reirme descaradamente del miedo", he decidido mostrarme, he decidido entrar a este nuevo y apasionante mundo para mi. Está decidido.