Mi nostalgia, mi alegría.

Eran épocas que muy bien recuerdo, épocas en las que solo quería jugar y seguir jugando.
Saltaba, corría, jugaba con mis juguetes, compraba mis recortables para luego jugar con ellos haciéndolos enfrentar, veía televisión, elegía mi comida del día, en fin, tantas cosas. Las responsabilidades eran otras y aún menores... los problemas con mayor razón.

Una vez, yo jugaba fuera de mi casa, cuando de pronto, me eché en el suelo ya que estaba cansado, yo estaba todo sucio (a mi mamá no le gustaba que anduviera así, ¿a qué mamá sí?) y tenía mucha hambre; levanté mi mirada (¡qué bueno que no vi el techo de mi casa!), y tan solo vi el cielo, no recuerdo la fecha, ni el año, solo recuerdo que era un día soleado, el cielo en Lima ese día era azul, supongo que habrá sido verano o primavera, en fin, no estoy seguro.
Levanté la mirada y vi algunas nubes, veía como se movían, sentía el viento y los rayos del sol no me molestaban, todo en ese momento era genial. Me quedé paralizado viendo las nubes moverse, viendo el cielo despejado, recuerdo claramente que sentía que éste caería sobre mi y pensé también que yo podría subirme en aquellas nubes y dormir. Estuve así durante media hora, de pronto cambié la dirección de mi mirada y vi unas luces de colores, tenues, pero sí se lograban ver...¡era un arcoiris!, era la primera vez que veía uno, no fue un arcoiris increíble, pero en ese momento para mi, sí lo fue.
El arcoiris parecía borrarse y yo comencé a marearme, en ese momento sentí que el cielo ya estaba cayendo sobre mi (río mientras escribo esto), cuando escucho a lo lejos una voz: ¡Pablito a comer! Entonces fui a almorzar y luego regresé, me eché con la intención de ver el cielo y si se podía de nuevo, ver también el arcoiris, cuando luego de un corto tiempo, recuerdo que me quedé dormido. Lo que pasó luego...no sé. Solo recuerdo a grandes rasgos aquel momento, que ahora recuerdo también con cierta nostalgia. ¡Sí que eran bonitos momentos! Después de aquél día siempre miraba hacia arriba para ver las nubes y el azul del cielo, siempre esperando lograr la tranquilidad que alcancé aquél día luego de despertar de ese sueño.

Relato este suceso porque quería compartir esta foto, si bien, es simple y quizás a muchos no les guste por diferentes razones, pero para mi tiene un sentido importante y personal. Antes de tomar esta foto al niño, veía que jugaba a las 'escondidas', solo podía ver en su rostro, felicidad...libertad. En ese momento recordé cuando yo era un niño y algunas de mis experiencias como tal, así que no dudé y fotografié ese momento. Lo quise en blanco y negro, lo sentí extrañamente especial, me recordé y me enternecí por aquella inocencia que tuve aquellos días, por aquella libertad vivida, y también por aquella alegría que espero nunca se aparte de mi existencia jamás.


Foto tomada en una tarde soleada en Chancay.

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